April 13, 2024 · 1:15 am
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April 13, 2024 · 1:14 am
Los Mil Rostros de Alberto Zamarbide |
A continuación, la crónica completa en imágenes del nuevo paso por Buenos Aires de Primal, el grupo de Alberto Zamarbide. Fué el pasado sábado 6, en un El Teatrito que pasó de estar poco concurrido con los grupos apertura (El Legado, el grupo de Javier Barrozo, más Nomade y Maligno, a los que no llegué a ver y tampoco conocía), a lograr un casi lleno total cuando subió a las tablas el grupo de Beto, Jorge Iacobellis, Glenn Rogers, y César Ceregatti (nuevo bajista desde el 2022).
[click en el banner para ver la galería completa] La banda norteamericana (aunque a mi me gusta decir que es argentina, solamente porque está Beto) atravesó unos cuantos contratiempos técnicos a lo largo de toda la noche y un set de casi hora y media. Ninguno de ellos creo que fué culpa de los músicos: primero al vocalista se lo escuchó muy bajo durante unas cuantas canciones, pero luego repuntó, aunque el resto de la banda siempre sonó de primera; y de la mitad del recital hasta el final, al parecer un problema de los retornos sobre el escenario y acoples varios, les complicó muchísimo la velada.
Pese a todo esto, Primal pudo presentar un puñado de las muy buenas canciones que integran su segundo disco “Humachine”, a mi gusto MUY por encima del primer trabajo. También tocaron temas de éste, por supuesto, más el infaltable popurrí de V8… primero “Cautivos del sistema” (eléctrico, con Javier Barrozo y Esteban Zamarbide de invitados), luego un medley acústico a cargo de los hermanos Zamarbide (Beto al bajo) para “Angeles de las tinieblas”, “Ciega ambición” y el emotivo homenaje extra a Ricardo Iorio con “Justo que te vas”, y al final los eléctricos “Parcas sangrientas” y “Destrucción”, éstos de nuevo junto a Esteban Z. y el guitarrista Pat Posse (quien reemplazara a Miguel Roldán en una gira que realizó Logos, años atrás, por México).
[click en el banner para ver la galería completa] Me sorprendió el buen estado en que se mantiene Beto, siendo uno de los “legendarios” de la primera ola del Metal Argentino… tanto físicamente como histriónicamente. Su interpretación al frente de Primal es cada vez mejor, y la propuesta de incluir una máscara en algunos temas (haciendo alusión a la tapa del nuevo disco), le dió un condimento extra. También me asombró que no incluyese en el repertorio ninguna canción de Logos; aunque como no me canso de decir, siempre voy a preferir a los músicos que no buscan vivir solamente del pasado. Muy a pesar de muchos fans que no piensan lo mismo, yo no soy de los que buscan escuchar las mismas canciones, una y otra vez. Quizás sea por eso que a estas alturas, las bandas de estadios o las que siempre tocan “los clásicos infaltables”, ya me aburren.
¡Un agradecimiento muy especial a Pocho Andrade y Piru de Hurling Metal por facilitar esta cobertura! Fernando Serani / MetalEyeWitness.
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March 20, 2024 · 12:48 am
Invincible Shield vs. The Mandrake Project |
¿Será el año del Heavy Metal Tradicional, en cuanto a lanzamientos discográficos de artistas legendarios? El cuarteto dice que sí: Saxon, Bruce Dickinson (a falta de Maiden), Judas Priest y Accept. Elegí hacer una especie de review comparativa entre mis discos favoritos, los más relevantes de éstos cuatro, es decir “The Mandrake Project” de Dickinson y el esperadísimo “Invincible Shield” de Judas. No voy a aportar nada nuevo a estas alturas donde todo el mundo ya los tiene digeridos, pero sí arriesgar con un poco de color, una opinión de ambas placas en líneas generales. También, estaba esperando que me llegaran estas joyas en formato físico desde la Madre Perra. ¡Discos y arte gráfico tangibles o muerte! Hay que aguantar los trapos, especialmente ante tanta IA y plataformas de plástico. Las portadas a mi gusto no ameritan el formato vinilo, por eso me apunté con las ediciones limitadas en cd, de ambos. “The Mandrake Project” e “Invincible Shield” están en las antípodas en cuanto al encare creativo, pero sorprendentemente llegan al mismo puerto. El de Dickinson tiene título y tapa frescos, novedosos (guste o no), mientras que el de Judas es todo lo contrario. Después de casi 20 años de su último álbum solista, Bruce apuesta nuevamente a reinventarse (reformularse mejor dicho), con una variedad de composiciones de diferentes características y niveles de pesadez. Lo apuntala con una propuesta gráfica rebuscada pero colorida (lo de los comics y blah), y una campaña de promoción tipo DIY, por todos lados y en persona, como suele hacer siempre. Impecable. Judas, al revés, apostó a lo seguro y conocido, como siempre: heavy metal hecho y derecho, exactamente lo que esperan sus fans. Portada llena de colores, básica y símil videogame. Ningún riesgo. Pero…
Paradójicamente, el desafío en la simplicidad de la propuesta de Priest de cero sorpresa creativa, era enorme: había que continuar un discazo como “Firepower” sin bajar el nivel; había que seguir haciendo metal ultraortodoxo de manual pero manteniendo el interés (más aún para quizás la banda creadora del estilo); había que demostrar que a los 70 y pico de años para Halford y Hill (los dos miembros legendarios de sus filas, si me resigno a creer que Tipton ya casi no está participando aunque digan que sí), la llama sigue intacta. Y Judas Priest lo logra, y cómo. El grupo se las arregló para mantenerse a rajatabla dentro de su nicho, tal como la gente espera (algo que idealmente no me gusta en una artista), pero logrando canciones grandiosas. Y ésta es la clave, bastante obvia, para “hacer siempre lo mismo” y a la vez poder lograr placas increíbles (atención Accept): ¡componer buenas canciones!. Himnos de impecables melodías vocales, memorables y distinguibles unos de otros (lo que le falta a KK Priest), guitarras que te salen hasta por debajo de la alfombra, de exquisito gusto (por favor, ¡Faulkner le devolvio la onda a Judas!), y arreglos aquí y allá que te pasean por toda la historia de la banda. Así, el hard rock y el heavy metal llegan a la alquimia perfecta en “Invincible Shield”, con las canciones haciéndonos viajar por los ‘80s, los ‘90s y la actualidad a fuerza de variación compositiva y un audio espectacular, otra vez de la mano del maestro Andy Sneap. Mi canción favorita del disco, es sin duda la más “painkillera”, y con la que Halford decidió homenajearme 🙂 : “Metal Eye Witness” (“As God is my witness”). ¿Escucharon la letra? “me-tal-eye-wit ness, for a photo you have to pay!”… gracias pelado. El tridente de tracks invencibles se completa con “Crown of horns” (lloro) y “Trial by fire”, aunque la canción que da nombre al álbum está también en la cima. Se las arreglaron para homenajear musicalmente a Purple con el riff inicial de “Fight of your life”, a Sabbath con la súper pesada “Escape from reality” y, directamente a través de las letras, a Dio y Lemmy en “Giants in the sky”, otra bomba. Es imposible tratar de descartar una canción, tal vez “Sons of thunder”, pero aún su simpleza añeja la haría el mejor tema para otra banda cualquiera. Ni siquiera los tres bonus tracks bajan el nivel. Hasta el extraño “The lodger”, cuya frescura que rumbea hacia el territorio de Ozzy solista, hay que agradecérsela a un viejo colaborador de Judas, el músico, productor y autor norteamericano Bob Halligan Jr. Tal vez con algunas letras el pelado derrapó con cierto tufo a cristianismo gagá y lugares comunes, pero esto no es raro en Judas. Igual lo banco a muerte: aún teniendo en cuenta la tecnología de grabación que hay detrás de su voz, lo que hace en este disco es sencillamente de otro planeta.
Volviendo a lo de “las antípodas creativas” que mencioné al principio y el disco de Bruce… “The Mandrake Project”, a primera oída, resulta aburrido. Ni se le acerca en tono y encare a la trilogía impecable que lo precede (“la trilogía William Blake”, le digo yo), que a mi gusto supera en pesadez e innovación inclusive a los discos contemporáneos de Iron Maiden. El nuevo carece de la potencia y pesadez de éstos, y de esa magia pegadiza e instantánea en las canciones. Ni siquiera me había gustado el single adelanto, “Afterglow of Ragnarok”, me pareció que no iba para ningún lado… aunque con el segundo corte “Rain on the graves”, aumentó mi interés por la obvia referencia a Deep Purple en su marcha rockera vieja escuela. En definitiva, a primera escucha el álbum me emboló, y lo relacioné con la primera etapa de Dickinson solista hasta “Skunkworks” (y aclaro que éste me parece un muy buen disco, sea o no “metal”). Sin embargo, y a través de las sucesivas pasadas, me cayó la ficha de que a este nuevo material hay que escucharlo muchas veces para descubrirle las aristas que lo hacen especial. Lo contrario a “Invincible Shield”, que se te aferra al cerebro y al corazón de toque. Bruce siempre busca innovar, desafiar. Aún, yendo para atrás: “The Mandrake Project” te pasea con cada canción por todas las etapas solistas del vocalista. Hay muchos arreglos escondidos aquí y allá, orquestaciones, teclados y letras interesantes, complejas (todo lo contrario a Judas), como ofrece el vocalista casi siempre. También como Priest, homenajea a sus héroes (además de Purple en el mencionado segundo single, a Sabbath en la excelente “Shadow of the gods”, una de mis preferidas). Dickinson despliega sobre la mesa un concepto lírico jugoso, si tenemos en cuenta las letras del álbum (aunque no es conceptual), más la historia que comienza a desarrollarse en los cómics (que no voy a seguir). Me alcanza con saber que propone un nuevo desafío a sus fans y al escucha promedio, con la consigna de descubrir el álbum y no asimilarlo inmediatamente. Dickinson firma todas las canciones, seis de ellas junto a Roy Z, que nuevamente produce y está detrás de las guitarras, aunque brillando menos que en los discos anteriores. Lo único “molesto” que le encuentro al álbum es la extensión de la última canción, “Sonata (immortal beloved)” (el doble de larga de lo que merece), y la rara decisión de poner consecutivos esos tres temas finales, tan similares en su carácter de semi-baladas, y donde repite fórmulas que a veces parecen apuntar a “Tears of the dragon”, o intenta en vano (con la mencionada canción final) en llegar a las alturas épicas de la conclusión de “The Book of Souls” de Maiden: la irrepetible “Empire of the clouds”. Ademas de “Shadow of the gods”, mis tracks favoritos son “Many doors to Hell”, “Resurrection men” (el más potente y entrador), “Fingers in the wounds” y la balada “Face in the mirror”.
Decía al principio que ambos discos llegaban al mismo puerto, porque pese a que el proceso de asimilación es diferente, los dos logran el cometido de ser hermosos álbumes con exquisitas canciones. Si me piden que elija, me quedo con el de Judas Priest, porque soy más de palo y a la bolsa. Pero no puedo evitar reconocer que el artista que más me atrae es el que desafía. Aquí, Dickinson gana por goleada. Pero entonces… ¿no será que “Invincible Shield” me gusta tanto porque a su manera desafía el preconcepto de que “más de lo mismo” es igual a repetición y aburrimiento?. Me dejo de dar vueltas: el de Priest me parece un disco formidable, el mejor después de “Painkiller”, y me gusta mucho más que el de Dickinson. Pero no quería dejar de resaltar los méritos de “The Mandrake Project”, ya que también y a su manera, es una de las grandes obras que en estos tiempos artificiales defienden la Fe. Fernando Serani / MetalEyeWitness.
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March 14, 2024 · 10:33 pm
El Regreso del Rey: Mercyful Fate en Sudamérica |
Luego de 25 años desde su última gira por Latinoamérica (presentando “9”), y tras reunirse en el 2019 después de una larga separación, Mercyful Fate regresa a nuestra parte del mundo ofreciendo dos conciertos, en Chile y Brasil. El concierto en el Movistar Arena de Santiago de Chile (organizado por The FanLab, la misma productora del ya establecido Metal Fest que se realiza en el país vecino solo dos días antes) se llevará a cabo el 22 de abril de este año. El grupo local apertura será Mawiza, banda perteneciente a la comunidad mapuche que cuenta con letras en el idioma nativo mapudungún, y que acaban de realizar una versión en castellano (junto al vocalista Nico Borie) del clásico de los daneses “Witches Dance”. Las entradas para el Movistar Arena se pueden conseguir a través de PuntoTicket con los siguientes precios (pesos chilenos): El grupo de King Diamond y Hank Sherman acaba de reemplazar al bajista que los venía acompañando los últimos cinco años desde la reunión oficial, Joey Vera (Armored Saint), por la bajista británica Becky Baldwin. Se encuentran trabajando en un nuevo disco, del cual ya tienen 4 canciones listas, una de las cuales presentan en vivo: “The Jackal of Salzburg”. Tengo una gran expectativa personal por cubrir este regreso a Sudamérica de una leyenda muchas veces subvaluada, y guardo en mi memoria aquellos increíbles conciertos en Buenos Aires de 1996 y 1999, que cubrí para la revista Epopeya. También tuve en aquella época el honor de entrevistar al maestro King, que así se refería en 1999 a su “peligrosa” presentación previa de 1996 en Cemento (pequeño extracto de la entrevista completa):
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December 31, 2023 · 8:11 pm
Los Discos Destacados del 2023 |
Este año, sin muchas vueltas, va lo que a mi gusto son los 10 lanzamientos (no solamente incluí full lengths, también Eps y splits) más destacados del Metal. En la cima internacional, el nuevo de Marduk sin discusión. El resto, no tiene un orden de importancia establecido. Representantes de Alemania, Australia, Eslovaquia, Suecia, Austria, USA, Irlanda, Noruega y Grecia, presentes. Para Latinoamérica (incluído Argentina), elegí una menor cantidad de títulos, ya que este año no hubo tantas obras que me hayan gustado. Pero las mencionadas, tienen doble valor y garantía de calidad asegurada. Como siempre, hay de todo: black, death, speed/thrash y heavy metal. Bandas de gran popularidad, y otras totalmente underground: los subgéneros son para mí irrelevantes, lo que importa es la calidad del material, y cuando digo calidad me refiero a la manera en que te llega la propuesta mas allá de los virtuosismos técnicos. Por un 2024 con más discos y artistas que tengan algo para decir, que busquen sorprender, y que no alimenten al público con productos procesados . El artista que desafía (y no me refiero solamente al palo musical), es el verdadero Artista. El que vende un producto, bueno… es un buen vendedor nomás. Fernando Serani / MetalEyeWitness.com.
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